2.7.11

Entrebrumas.

Entrebrumas (Octubre 2005, Editorial Minotauro) es un libro de fantasía escrito por Hope Mirrlees y publicado por primera vez en 1926.

Esta pequeña mujercita (en realidad no tengo ni idea de su estatura) nació en el Reino Unido y creció entre este lugar y alguna parte de Sudáfrica. También, a lo largo de su vida, vivió en Francia, Rusia y algún tiempo corto en España. Ajá, dominaba el inglés, francés, ruso, español y el zulú.

Como es posible imaginarse, se dedico a la traducción, enseñar un poco por aquí y por allá y claro, a escribir. Olvidé mencionar que vivió de 1887 a 1978. No tuvo hijos y fue pareja por mucho tiempo de Jane Harrison (hasta que esta murió).



La obra en sí, nos cuenta sobre un tranquilo poblado ubicado entre dos ríos conocido como Entrebrumas, un apacible poblado bastante burgués que tiene como vecino al país de las hadas. Alguna vez todos juntos estuvieron felices, pero ahora incluso es imperdonable pronunciar el nombre de aquel país, hacer alguna referencia a sus habitantes o si siquiera preguntar por los curiosos frutos provenientes de ese lugar (Frutas hermosas, muy aromáticas, exquisitas pero prohibidas).

Ya situados en este contexto, conoceremos a la familia del alcalde, Maese Nathaniel Chanticleer, y claro a él también. Este respetable hombre tiene la suerte de que durante su periodo de gobierno una especie de proliferación de frutos prohibidos se expanda por la ciudad, quedando su hija desaparecida y su hijo fascinado.
Detrás de lo que parece un ataque maléfico del país de las hadas, se esconde algo distinto, algo más humano; pero para llegar hasta este punto Nathaniel ha de pasar por diversas circunstancias y situaciones que uno no se imaginaría con facilidad así que el libro es capaz de mantenerte a la expectativa de que carajos sucederá con tal o cual persona.

Entre los personajes tenemos gente del pueblo, del consejo, un misterioso doctor, la tierna nana de la familia Chanticleer, un duque que gobernó en tiempos pasados, un muchacho curioso llamado Willy Wisp, otras familias e incluso gente de otros lugares más lejanos y ya no tan urbanos, etc.

A lo largo del libro tendremos cosas memorables como un «Jo, Jo, Jo», la frase «Hijo de hada» (Que según el contexto explicado anteriormente sería un formidable insulto), y una cancioncilla popular de aquellos parajes conocida como aguileña.

Hay sueños que son como la fruta caída,
hay un lobo en las estrellas
y la vida es una ninfa que nunca será tuya,
con lirio, clavo y camedrio,
con escaramujo
y cornejos
y tallos de fresa
y aguileña.

Sobre la obra queda decir que es agradable (de no habérmelo parecido no hubiera escrito algo sobre ella) y que la trama no se desarrolla con una velocidad vertiginosa, bueno en realidad las cosas suceden de forma rápida pero los personajes tienen algo curioso, tierno y hasta quizá un poco tonto (No mencioné que las frutas de las hadas te hacen sentir eufórico, feliz y muy sonriente. Claro, casi como una buena dosis de alguna droga) que hacen que te entretengas tanto en el trayecto que no sientes el viaje. Usando la analogía del viaje, podría decir que el asiento es bastante cómodo, el paisaje por la ventana es agradable, hace frio pero se tiene una buena manta con la cual se pueden abrigar las piernas, y lo mejor, que no hay un humano seboso que ronque, babee, coma o algo similar al lado.



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