Actualmente las vacaciones ya han terminado y quienes tuvieron algún tipo de día o tiempo libre ya se encuentran de regreso en sus actividades usuales. Pueden encontrarme entre los integrantes de ese grupo.
Las vacaciones transcurrieron con frío, flojera, diversas bebidas calientes y algunas incursiones por aquí y por allá con seres conocidos. Pero durante los últimos días de vacaciones, días en que sientes el asecho inminente del exterior sobre tu piel y la ansiedad producida por el miedo y la modorra acumulada de tener que volver a un horario medianamente específico, terminé viendo algunas películas.
La primera de ellas fue American Beauty, película estadounidense lanzada en 1999.
De buenas a primeras la película puede parecer algo confusa, pero es totalmente entendible conforme va avanzando. En ella representan a una ‘típica’ familia norteamericana, es decir un padre con un trabajo de hace años, una madre emprendedora y cuidadosa y por último una hija adolescente llene de energía. Ahora, si desbaratamos esto ¿qué sucedería? Si acaso las asperezas familiares se llegaran a hacer notorias y alguien ya no quisiera aparentar nada por el bien del otro. Eso es lo que muestra esta película.
Empieza con Lester Burnham, esposo amargado e insatisfecho que en los últimos momentos de la película lamenta que las cosas no hubieran sido mejores con Carolyn, su esposa, y con Jane su hija. Prácticamente todo comienza con él, cuando decide renunciar a su empleo, hacer ejercicio, consumir marihuana y comenzar a trabajar en una hamburguesería, como cuando era varios años más joven y si se sentía feliz. Ante esto su esposa procura ser más exitosa en el negocio de bienes raíces, manejar el stress y seguir aparentando éxito; mientras la joven Jane descubre la falsedad y el vacio de Ángela, una joven que reúne todos los atractivos sexuales que podrían imaginar en una norteamericana para terminar conociendo de forma más cercana y verdadera a su nuevo vecino, que dicho sea de paso es quien le vende las drogas a su padre.
Tiene una ambientación agradable, sientes que la película fluye ante ti como una seda entre tus dedos y cuando la película ha terminado y los créditos se elevan en la pantalla te quedas mirándola un buen rato, sensación que siempre me ha gustado disfrutar con las películas, series, videojuegos o también con los libros [Aunque claro está que con ellos te quedas mirando la última hoja en blanco para luego cerrarlo lentamente y dejar que aquel vacio se acomode por ahí dentro como mejor pueda].
El sounddrack fue compuesto por Thomas Newman, compositor de algunos otros trabajos atractivos. Entre los tracks más agradables están root beer, structure and discipline, mental boy y Angela undress [Que me sigue sonando a root beer más mental boy y algo más]. Pero definitivamente el más agradable es éste.
Otro día, luego de despertar y descubrir que tenía el desayuno frente a mí, para luego volverme a dormir y despertar descubriendo que ya era hora de estar más de 10 minutos con los ojos abiertos terminé viendo Trainspotting sin si quiera saber cómo llegó la película a la pantalla [Quien despierta primero escoge la película primero y obviamente ya había perdido ese derecho].
Esta es una película escocesa de 1996. Basada en la primera novela escrita por Irvine Welsh también llamada trainspotting.
Básicamente cuenta la historia de Mark Renton, un escocés adicto a la heroina. Cuenta sus vaivenes con la droga, las situaciones a la que ésta lo lleva y todo lo relacionado a ello. También, nos muestran a sus amigos y la historia de ellos.
Lo agradable es que todo está narrado por Mark, por lo cual todo está cargado de sus ideas y de su propia percepción. Incluso, podemos ver las alucinaciones que presenta Mark mientras está encerrado en su cuarto y sin ninguna droga. [Hay un momento un tanto aterrador con un bebe putrefacto gateando por las paredes].
La película te da una sensación de rapidez y desenfreno, metiéndote en todo el ambiente callejero de la época. Además el soundtrack colabora con ello ya que gran parte está conformado por canciones de la época y de ese ambiente. Un ejemplo es esta canción de Iggy Pop que incluso en el videoclip tiene imágenes de la película.
Las que me agradaron fueron Closet Romantic de Damon Albarn y Trainspotting de Primal Scream.
Por último, el intraducible nombre hace referencia a la acción de pincharse el brazo para inyectarse heroína, aunque también hace referencia a un juego de palabras sobre cagar en una estación de tren. [Situación que aparece en el libro].
Ese mismo día, varios minutos después, me tocó elegir la siguiente película a mí. [En realidad fue escogida por los dos (Bel y FkZ) y tardamos mucho en elegirla.] La seleccionada fue Forrest Gump, película bastante ‘conocida’ y de la cual había escuchado muchas cosas pero que hasta ese entonces aún no veía.
Resultó ser diferente a lo que creía, mucho más interesante que el simple ‘¡Run Forrest, run!’ que todo mundo siempre vocifera y recuerda.
Forrest Gump es una producción estadounidense de 1994 y gran parte de ella está basada en el primer libro [de dos] de Winstom Groom, pero entre el libro y la película hay una buena cantidad de diferencias tanto en los personajes como en los acontecimientos.
La historia es divertida y logra hacerte sonreír y reír en muchas de sus partes, no es una historia compleja pero si se le puede considerar bonita por más que las continuas apariciones y desapariciones de Jenny puedan llegar a ser exasperantes.
La película empieza con Forrest sentado en una estación de bus desde donde comienza a contarle despreocupadamente a sus esporádicos compañeros de espera la historia de su vida. Comienza con él de niño, cuando conoce a Jenny, cuando comienza a correr, cuando va a universidad, cuando conoce gente importante, cuando va a la guerra de Vietnam, cuando juega ping pong, cuando vuelve a casa, cuando tiene una empresa de camarones, cuando corre durante muchos años, etcétera, etc. Lo divertido radica en que Forrest manifiesta un retraso mental leve, lo cual hace que no considere la importancia de muchas cosas y hagan que el termine en una infinidad de situaciones cómicas.
Fuera de la hilaridad de las múltiples situaciones tenemos historias alternas como la del teniente Dan, que termina siendo bastante agradable; la de Bubba y su familia [compañero de Forrest en la guerra y conocedor de todo lo que se puede saber sobre camarones] y la de Jenny que inicia bien pero que transcurre de manera un tanto tonta [aunque lo de hijo fue tierno].
El soundtrack está conformado por muchas canciones de diferentes artistas, muchas de ellas ya bastante conocidas desde antes de ser empleadas en el soundtrack. Entre ellas tenemos California Dreamin de The Mamas & The Papas, Blowin’ in the Wind de Joan Baez, Mrs. Robinson de Simon & Garfunkel, San Francisco de Scott McKenzie, entre otras también de mi agrado [como esta que fue compuesta para la película por Alan Silvestri].
Luego ya no vimos más películas ese día, tomamos lonche y esas cosas igual de desparramados que cuando comenzamos a ver trainspotting.
Ahora ya han pasado varios días y recién termino de escribir esto, lo cual hace que anhele estar desparramada y abrigada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario